Cómo saber si una acción está cara o barata
¿Tienes unos ahorros y estás pensando en invertirlos en bolsa a largo plazo? Entonces seguro que te has preguntado; ¿Cómo se si la acción que quiero comprar está cara o barata?
Pues bien, es cierto que nunca tendremos información como sus directivos o mandatarios y nos tendremos que basar en las auditorias que presentan a la CNMV (en principio estas auditorias están reguladas y son fiables) y en lo que publiquen dichas empresas. Pero bueno, también es cierto que existen unas fórmulas «resumen» para saber de manera rápida saber si una acción está cara o barata.
El precio es la cantidad de dinero que está dispuesto a pagar un comprador por un bien, pero en el mundo bursátil no siempre es fácil determinar ese precio. Pero ahí está la gracia de este mundo.
Estas fórmulas rápidas son las siguientes;
Price Earning Ratio (PER)
Es la relación entre precio y beneficio, es el indicador por excelencia en el mundo bursátil. Éste relaciona el precio al que cotiza una acción con los beneficios que genera esa empresa, es una simple división entre el precio de la acción y el beneficio neto entre el número de acciones de esa empresa. De esta división sale un número que indica los años necesarios para recuperar la inversión teniendo en cuenta los beneficios que genera. Así, cuanto más elevado sea el PER, más están pagando los inversores por el beneficio; mientras que cuanto más bajo menos y por tanto mejor para el inversor.
Un PER de entre 0 y 10 es, en líneas generales, bajo, lo que indica que la acción está infravalorada. Entre 10 y 17 es el rango estándar para la mayoría de empresas, mientras que entre 17 y 25 supone que la acción está ligeramente sobrevalorada. Por encima de 25 indica que la acción está sobrevalorada, tanto porque los inversores estén ávidos de hacerse con estas acciones por las expectativas de beneficios o simplemente porque está cara.
Valor en libros (VEL)
Esta variable no es tan conocida como el PER, pero permite saber cuál es el valor “real” de una compañía. Como su nombre indica, el valor en libros de una acción tiene en cuenta cuánto valen los activos de esa compañía, atendiendo a su contabilidad. Pero no solo sus activos, sino el valor de sus activos menos sus obligaciones divido entre el total de las acciones que hay en circulación. Explicado de una forma más sencilla, sería sumar todos los bienes (edificios, maquinaria, patentes, etc.) que tiene una empresa restarle las deudas y el resultado es valor en libros, que se dividido entre el número de acciones y nos dice cuál es el precio “real”. Si esté está por encima del precio de mercado, el precio al que cotizan las acciones, quiere decir que se está comprado una acción cuyo valor intrínseco es mayor. Mientras que si es menor que el precio de cotización, indica que en la compra se está pagando algo más. Esta variable comparada con su precio de mercado se conoce como precio entre el valor en libros (PVL), cuyo múltiplo señala cuántas veces se está pagando en el mercado el valor en libros (valor patrimonial) de la empresa.
Rentabilidad por dividendo (RPD)
La rentabilidad por dividendo es otra de las variables más utilizadas para comparar la cotización de una acción y es básica para los pequeños inversores, muy atentos al pago de dividendo. Este porcentaje compara el dividendo esperado por acción entre el precio de cotización de ésta. Así, cuanto más alto mejor. En términos generales, las empresas con una mayor rentabilidad por dividendo suponen una mejor compra, ya que el inversor recibirá mayor parte del beneficio vía dividendos. Esta variable deben tenerla especialmente en cuenta aquellos inversores que buscan cobrar de forma recurrente dividendos. Además de una alta rentabilidad por dividendo, los invesores que quieran cobrar de forma recurrente un dividendo deben atender a otras dos cosas fundamentales para ello: que las acciones sean de empresas grandes y que tengan un negocio recurrente. Entre este grupo de empresas las eléctricas y los bancos son las principales. Pay out El “pay out” no es en sí mismo un ratio bursátil, pero permite a los inversores saber qué parte del beneficio está dispuesto a repartir la compañía entre sus accionistas. Las empresas que cotizan en Bolsa pueden hacer dos cosas con el beneficio: utilizarlo para crecer -inversión-, catalogarlos como reserva, para I+D, etc o repartirlo. En el segundo caso, aquellas empresas que deciden repartir los beneficios entre los accionistas, habrá que estar muy atentos a qué porcentaje están dispuestos a distribuir. Ese es el concepto de “pay out”. Así si un consejero delegado anuncia un “pay out” del 20%, esto supone que se repartirá entre los accionistas un 20% del beneficio de ese año; en el caso de que fuera de un 50%, supondría distribuir la mitad de las ganancias.
Beneficio por acción (BPA)
Es una variable muy utilizada, ya que tiene en cuenta el beneficio que genera una empresa entre su número de acciones. El cálculo es muy sencillo, la división del beneficio de un trimestre o de un año entre el número de acciones en ese momento. Cuanto mayor sea, indicará que mayor es el beneficio capaz de generar la empresa por cada acción. Aunque claro, esto siempre hay que ponerlo en contexto y no se puede comparar una empresa con otra, pero sí dentro del mismo sector. También existe el beneficio por acción estimado, que en vez de tener en cuenta el beneficio de la compañía toma como referencia las expectativas de beneficio que hay en la empresa entre el número de acciones.
Precio objetivo (PO)
Por un lado está el precio de mercado, que el precio al que cotizan las acciones y que se puede consultar casi a tiempo real en las mejores webs como en ésta, puedes consultar el precio de las mejores acciones de bolsa aquí, y otro es el precio objetivo. Éste es el precio que otorgan los expertos, bancos de inversión y sociedades de valores principalmente, a las acciones. Estos precios objetivos están basados en un análisis de expertos, pero no siempre son acertados, hay que tenerlo en cuenta. Pero sí que sirven como faro a la hora de tomar una decisión de inversión ya que sirven como guía, aunque no significa que la acción vaya a subir un 10 o un 15% o a caer un 50%. Ojo con los expertos, yo personalmente cuando empezaba a invertir en bolsa los tenía muy en cuenta hasta que después de confiar en ellos tantas veces te das cuenta que fallan más que una escopeta de feria… Un día aconsejan comprar fuerte una acción y sin sentido aparente el día siguiente aconsejan vender fuerte… En mi opinión creo que dan «consejos» en base a la cartera que tengan ellos, si a ellos les interesa desprenderse de alguna acción aconsejan a las empresas e inversores privados que compren fuerte para ellos desprenderse más facilemente de las acciones y los mismo alrevés. Cuando ellos quieren comprar aconsejan vender… Reitero, esto es una opinión personal, pero repito, todas mis inversiones realizadas por estos «expertos» no me han salido rentables.